REPUDIO A LOS DICHOS DEL ACTUAL DECANO DE LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA DE LA UBA, JORGE BIGLIERI.

Ante las desafortunadas declaraciones públicas de quien portando un cargo electo y siendo funcionario público, cuyo ejercicio debería estar basado en normativas vigentes, tal como lo estipula el estatuto que rige la Institución que hoy representa, el cual prevé la aprobación de un Consejo Directivo para toda comunicación externa, que comprometa el honorable nombre de esa Casa de Estudios y toda reglamentación que legitime el ejercicio de un cargo público. Nos vemos convocados como Institución, que regula el Ejercicio Profesional de los psicólogas y psicólogos en todo el Territorio de la Provincia de Buenos Aires a expresar nuestro repudio a dicho comunicado por considerarlo ilegítimo desde el cargo que ostenta, con un claro abuso del ejercicio del poder para expresar opiniones personales, careciendo de sustento académico y científico que respalden sus dichos y evidenciando una distancia significativa con las diversas realidades territoriales.

En este Contexto de Crisis Sanitaria, es de vital importancia resaltar los valores de igualdad y solidaridad tal como los expertos sostienen, resultando imprescindibles para afrontar el estado de emergencia contar con el fortalecimiento del lazo social y la cooperación. Sus declaraciones revisten un sesgo individualista, tendiente a patologizar experiencias, sentimientos y vínculos resultando esto en un “pronóstico” que carece de datos científicamente comprobables que puedan respaldarlas.

Tanto la Ley de Salud Mental que data del año 2010 como otras reglamentaciones definen con claridad qué profesiones están incluidas y reconocidas dentro del ámbito de la Salud; es por ello que el DNU Nacional que nomina esenciales a todos los profesionales de la salud, incluye el ejercicio de miles de psicólogas y psicólogos en todo el país, que trabajan todos los días en Instituciones públicas y privadas, a la par de todos los equipos que afrontan esta crisis sanitaria como profesionalismo y ética. En este contexto Intenta confundir la definición de ser esenciales, con ser o no una profesión exceptuada para trabajar en el ámbito privado de modo presencial. Somos una de las pocas profesiones, a diferencia de otros profesionales de la salud, que en este contexto hemos podido mantener la atención de nuestros pacientes con modalidades no presenciales y conseguimos el reconocimiento de las obras sociales para esas prácticas.

Así mismo dejar entrever una clasificación de ciudadanos, entre aquellos que “están alfabetizados y respetan las indicaciones del gobierno” y aquellos que no y habría que educar, proponiendo para estos últimos una “psicoeducación”, lo que no hace más que enfatizar las viejas y superadas ideas de que habría una salud y una educación diferenciada por clases sociales. Estas y otras manifestaciones conducen, no sólo a culpabilizar a los usuarios de los servicios de salud, si no a entender a la salud como un problema individual, en términos biológicos, que tiene efecto en el comportamiento, desconociendo que la salud es un proceso vinculado a circunstancias sociales y que requiere una respuesta en políticas públicas que incluyan los determinantes del proceso dinámico entre salud- enfermedad- atención -cuidado, para garantizar el derecho a salud. El Dr. Floreal Ferrara define la salud como la capacidad singular y colectiva para luchar contra las condiciones que limitan la vida, por lo que ofrecer lugares al sujeto para que pueda cambiar aquello que le causa padecimiento , dista de una propuesta de psicoeducación.

En cuanto a sus referencias sobre el uso del Consentimiento Informado, recordamos que dicho concepto, encuentra sus fundamentos en garantizar los derechos humanos.

Nos preocupa que la formación de nuestros colegas esté conducida desde estas bases ideológicas y deshumanizadas donde aparece borrada toda lógica subjetiva siendo reemplazada por un sesgo colonizante, arbitrario, carente de sustento científico y fuera de toda normativa Institucional.

Expresamos nuestro repudio a todo acto, que desde el uso tendencioso de lugares de poder, intente corromper valores y derechos humanos fundamentales como la ética, la equidad, la salud y la libertad.

Consejo Directivo del Colegio de Psicólogos de la Provincias de Buenos Aires. Distrito XIII.

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